8.02.2010

Semiescribiendo// Carta al amor mismo...

Hola

Su sonrisa era mi mañana. Su dolor...mi madrugada.
Me parece que este mensaje te llegará por sorpresa y en definitiva te resultará un tanto extraño. Pero sé que lo entenderás, nunca nos resultó difícil entender el sentir de la otra, y sin importar las muchas circunstancias que se dieron entre nosotras, supongo que por los malos ratos que en ocasiones llegaron a opacar a los buenos y gratos mensajes este es el momento ideal de escribir algo. Y la pregunta de mi mente rodea el aura de semiescritora que me persigue: Un carajo….qué pienso escribirle?...Pues bien , pienso escribirte esto que sale del corazón…..

Decirte, que te deseo mucha felicidad, un exceso de aquello que los mortales llamamos gloria y ningún límite en la locura que recorra tus días. Que el universo de tu mente se abra en un millón de estrategias a seguir, cada vez más descabelladas, más rebeldes, más arriesgadas, más apasionantes.

Que nunca se agote esa chispa de creatividad que acosa al cariño, a la magia.

Que el tiempo se detenga, que retome el ritmo con lentitud, para saborear cada uno de esos momentos.

Y que los recuerdos se vayan construyendo muy nítidos, como castillos de oro brillantemente transparente.

Los besos serán eternos, las caricias se extiendan. El amor se goce con toda la magnitud de tu existencia y de no ser suficiente, de la mía.

Han cursado su rumbo las estaciones. Sigue y sigue girando el astro. No perdona. Solo otorga un poco de clemencia innata a la vida para decir: adelante, siempre hay otra oportunidad.

No te apartes. Solo vívelo. El tiempo que lo hagas feliz, llenarás tu vida. Sólo vívelo.

Vive eso que sientes.

Y si aún ahora, pareciera que el mensaje es sin sentido. Todos tenemos un cumpleaños, así que toma estas letras como un regalo de mi, para ti.



Atte.
Gwen Harrison

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